El frustrado ataque a un avión comercial estadunidense el día de Navidad, renovó el debate sobre el uso de escáneres de cuerpo completo para reforzar las inspecciones de seguridad en los aeropuertos alrededor del mundo.

El despliegue de estos aparatos en las terminales aéreas ha despertado la preocupación por la privacidad, al mostrar básicamente la imagen desnuda de los pasajeros, aunque las imágenes de los rostros y genitales sean distorsionadas por un software.

La necesidad de aumentar la seguridad tras descubrirse el intento de atentado por parte del nigeriano Umar Farouk Abdulmutallab, en un vuelo de Amsterdam a Detroit, podría sin embargo imponerse a las aprehensiones de muchos por la privacidad y generalizar el uso de escáneres.

Estados Unidos desplegó escáneres de cuerpo completo en 19 aeropuertos para utilizarlos a manera de prueba y tras el frustrado atentado la Administración de Seguridad en el Transporte (TSA) anunció la semana pasada fondos para la adquisición de 300 más.

Los escáneres de cuerpo completo utilizan una tecnología en la que se emiten ondas de radio milimétricas, de una frecuencia extremadamente alta, que son rebotadas por el cuerpo para hacer una imagen en la que se pueda observar cualquier cosa escondida bajo la ropa.

A diferencia de la radiación de los aparatos de Rayos X utilizados para la revisión de los equipajes, las milimétricas ondas de radio son inofensivas para las personas.

Los escáneres de cuerpo completo ofrecen además otras ventajas. La revisión de una persona toma sólo tres segundos y el pasajero no tiene que ser tocado de manera que alguien considere ofensivo.

Empero, la desventaja de someterse a esta tecnología es la imagen de un cuerpo desnudo, y es esto lo que desata las preocupaciones, aun cuando sean tomadas medidas para preservar la privacidad.

Las revisiones con escáneres se harían de forma que el analista que observa el cuerpo desnudo del pasajero estaría ubicado en un cuarto anexo y nunca vería a la persona de manera directa.

El analista estaría en contacto con otros inspectores que detendrían al pasajero en caso de que fuera detectado algo sospechoso en el escaneo.

Un punto que queda por aclarar, es cómo sería utilizada esta tecnología en el caso de los menores de edad.

Bajo las leyes contra la pornografía infantil de muchos países, los niños tendrían que ser exentos de este tipo de revisiones, dado que está prohibido el tomar la imagen del cuerpo desnudo de un menor.

Otra desventaja de los escáneres podría ser su costo, ubicado en alrededor de 200 mil dólares por aparato, 10 veces más que los tradicionales detectores de metal de uso habitual en los aeropuertos.

Estas y otras preocupaciones han motivado al congresista republicano por Utah, Jason Chaffetz, el interponer una iniciativa de ley para impedir la revisión generalizada de pasajeros con escáneres de cuerpo completo.

La iniciativa fue aprobada ya por la Cámara de Representantes, pero aún sigue detenida en el Senado.

La Unión de Libertades Civiles de América (ACLU) también comenzó a combatir el uso de los escáneres, al calificar las inspecciones con estos aparatos como una «virtual búsqueda desnuda».

En Estados Unidos, la TSA descartó las opiniones de que las imágenes de los escáneres revelan demasiado, al señalar que los rostros de las personas son distorsionados por un software y vistos por un inspector en un cuarto separado, distante del punto de revisión.

En los 19 aeropuertos estadunidenses en los que han sido instalados escáneres a manera de prueba, otorgando a los pasajeros la opción de someterse a este tipo de inspección, sólo el 0.004 por ciento de los viajeros ha optado en forma voluntaria a someterse a estas revisiones.

Eso significa que sólo uno de cada cuatro mil viajeros se ha ofrecido libremente a probar la nueva tecnología, lo que muestra la fuerte reserva que mantienen las personas por este tipo de inspecciones.

Varios especialistas en seguridad han expresado también sus dudas sobre la efectividad de los escáneres.

«Tenemos que enfrentar el hecho de que se puede construir una bomba con artículos que se adquieren en las tiendas libres de impuestos, después de que se pasan las revisiones de seguridad», dijo Philip Baum, editor de la revista «Aviation Security International».

Otros cuestionan que la seguridad en los aeropuertos debería comenzar antes de que los pasajeros pasen a subir a los aviones, al señalar que no tiene objeto descubrir una bomba en el punto de revisión cuando ésta puede ser detonada en cualquier parte de la terminal aérea.

Fuente: Cronica Mexico

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