Mientras la Unión Europea retomó el debate para acordar una política común para la implementación de los polémicos escáners corporales en aeropuertos, tras un fallido intento en 2008 sobre la misma materia, Canadá decidió aplicar la revisión sólo a quienes superen los 18 años de edad, para no vulnerar las leyes contra la pornografía infantil.

En una verdadera pesadilla podrían llegar a convertirse las lunas de miel, viajes de trabajo, estudio, turismo o negocio al exterior, en caso de que el itinerario planeado por meses incluya el paso por aeropuertos europeos y estadounidenses.

Y es que si ya desde los mortales ataques del 11 de septiembre de 2001, los pasajeros han debido soportar una serie engorrosas medidas de seguridad implementados en los terminales aéreos para evitar nuevos ataques terroristas, el fallido atentado explosivo durante un vuelo entre Ámsterdam y Detroit en Navidad ha vuelto a desatar la psicosis internacional.

Entre las nuevas disposiciones adoptadas por algunos gobiernos del viejo continente y de América del Norte está la instalación de escáneres corporales, los que complementarían el tradicional chequeo de rayos X y el detector de metales. Si bien los expertos aseguran que ésta es una tecnología eficiente, el debate sobre su implementación -tal como sucedió hace algunos años- no se ha centrado en sus ventajas comparativas, sino en un punto de mayor importancia y trascendencia: la violación de la intimidad (ver infografía) y la privacidad de los menores de edad.

Las milimétricas ondas de radio que emiten los escáneres permiten obtener una imagen en tres dimensiones (3D), que dejan al descubierto todo cuanto la persona porta bajo su vestimenta. Absolutamente todo. Desde cicatrices hasta prótesis de silicona.

Tratándose de adultos, quizá esta revisión sólo se trate de una más, por más incómoda que ésta sea. Sin embargo, al hablar de niños, el panorama es completamente distinto. Es aquí donde, principalmente, surge la discusión.

Mini kamikazes

Hace poco más de un año, la Unión Europea (UE) retiró una propuesta para armonizar la utilización de los escáneres, justamente porque los Veintisiete no lograron ponerse de acuerdo sobre qué aspecto era más importante: la seguridad común o los derechos personales. ¿Resultado? El uso de estos sistemas está en manos de cada país.

El tema, no obstante, volvió a la coyuntura, razón por la cual el comité europeo se reunió ayer para analizar el frustrado atentado del 25 de diciembre y ver el cómo hacer coincidir la diversas posturas en torno al uso de los polémicos escáneres.

Tras la cita -en la que no hubo avances- el comisario de Transporte, Antonio Tajan, anunció que Bruselas propondrá una nueva normativa, siempre teniendo en cuenta la seguridad, la salud y la intimidad de los viajeros.

El debate, nuevamente, se vislumbra largo y acalorado, pues bajo las leyes contra la pornografía infantil, los menores de edad estarían exentos de pasar por los escáneres pues, además de vulnerar la privacidad, se produce material (papel e imágenes) que, en el peor de los casos, podría llegar a parar en manos equivocadas.

Así lo ha entendido Canadá, por ejemplo, que ante la polémica, decidió que quien no haya cumplido los 18 años no será escaneado.

La postura de los defensores del sistema apuntan, por otro lado, a que tal como ha sucedido en el pasado, las redes terroristas podrían aprovecharse y utilizar a los niños como kamikazes o para transportar material ilegal en los vuelos.

Fuente: LaNacion.cl

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