Las autoridades de EE.UU. desmantelaron una red de robo de datos por Internet que ha infectado a 2,3 millones de computadoras con un virus conocido como Coreflood y que ha permitido a sus responsables hacerse con millones de dólares, informó hoy el Departamento de Justicia.

En un comunicado conjunto con la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), el Departamento indicó que se trata de la mayor operación llevada a cabo en EE.UU. contra una «botnet», una red en la que piratas informáticos se hacen con el control de un
gran número de computadoras a través de virus que infiltran programas espía.

Como resultado, trece personas han quedado detenidas bajo cargos de fraude bancario, intercepción ilegal de comunicaciones electrónicas y fraude en transferencias.

Según la acusación, los acusados infectaron con el virus Coreflood cerca de 1,8 millones de computadoras en EE.UU. y otro medio millón en el resto del mundo.

Los investigadores obtuvieron órdenes de registro para servidores y dominios de Internet por todo el país y una orden temporal que autoriza al Gobierno a responder a las señales enviadas desde los ordenadores afectados en territorio estadounidense para bloquear el funcionamiento del virus.

En total, los investigadores se incautaron de cinco servidores que controlaban la red, así como 29 dominios.

Según el fiscal federal para Connecticut, David Fein, «la incautación de esos servidores y de esos dominios impedirá que los delincuentes empleen Coreflood o computadoras infectadas para sus propósitos delictivos».

De acuerdo con los documentos presentados en los tribunales, Coreflood es un tipo especialmente peligroso de software que registra las teclas que se oprimen en una computadora, así como los mensajes privados que se escriben.

Una vez un ordenador queda infectado, se le puede controlar a distancia desde otra computadora, conocida como servidor de comando y control.

El virus roba los nombres de usuarios, las contraseñas y otras informaciones personales y financieras, lo que permite a sus creadores acceder a las cuentas de esos ciudadanos y robarles fondos.

Hasta el momento se desconoce la cantidad de dinero de la que pudieron apoderarse los responsables de la red, aunque los expertos calculan que se trata de decenas de millones de dólares.

Entre las víctimas se encuentran una inmobiliaria de Michigan que perdió 115.771 dólares o un contratista de Defensa al que se le sustrajeron 241.866 dólares, según los documentos presentados ante el Tribunal Federal de Distrito en Connecticut.

Fuente: iECO Clarin

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