Sólo en un año subió un 33,5% la facturación de las empresas que las proveen. En los municipios dicen que son clave para enfrentar la delincuencia, pero se reaviva el debate sobre el derecho a la intimidad.

Por Mariana García

Si usted creyó que la oscuridad del Rosedal era el refugio ideal para una noche de amor prohibido … se equivocó. Sonría, lo están filmando. Y puede que justo en “ese” momento su rostro aparezca reproducido en la pantalla gigante del sexto piso del Ministerio de Justicia del Gobierno porteño.

“Acá se ve de todo” , se sincera un funcionario frente a las pantallas con que cada día treinta operadores patrullan la Ciudad desde el ojo remoto de una videocámara. Y en ese “todo” entran desde el vendedor de paco y el ladrón de 38 en mano hasta la pareja furtiva y el que denuncia un robo de auto que nunca existió.

Las cámaras de seguridad tuvieron un comienzo tibio en 2005, cuando el entonces jefe de Gobierno porteño, Jorge Telerman, instaló 73.

En seis años no sólo se multiplicaron catorce veces las cámaras en la Ciudad sino que fueron incorporadas definitivamente al paisaje urbano de todo el país.

Las videocámaras no reconocen ideologías. Sus defensores van desde el intendente K de San Martín, Ricardo Ivoskus hasta Mauricio Macri.

Y entre los abanderados a esta causa el debate sobre el derecho a la intimidad parece haber quedado saldado con una sola palabra: seguridad .

Ni siquiera en la Cámara Argentina de Seguridad Electrónica (CASEL) saben cuántas cámaras filman el espacio público. Pero algunos números muestran la dimensión que las aparatos tomaron: En el país, hay unos 9 mil instaladores. El año pasado, la facturación alcanzó los 276 millones de dólares –según estadísticas oficiales– y representó un 33,5% más respecto al año anterior .

Desde que en 2008, el Gobierno nacional lanzó el Programa de Protección Ciudadana, prácticamente no quedan municipios del conurbano fuera del boom. Ciudades como Rosario y Mendoza y localidades más pequeñas como Lobos o Campana también integran esa lista.

Para cuando termine el año, la Ciudad de Buenos Aires tendrá instaladas otras mil cámaras y ya no habrá quedado parque público fuera del alcance de este Gran Hermano .

Hoy, una persona que camina por 9 de Julio desde Independencia hasta Santa Fe será filmada doce veces, si se cuentan sólo las cámaras oficiales .

Gustavo Tanús, especialista en derecho a la intimidad sostiene que las imágenes deberían estar regidas por la ley de protección de datos: “ Nadie debería obtener imágenes de uno sin autorización, pero si se tiene en cuenta que es para una finalidad determinada, mayor seguridad, lo que sí habría que garantizar es avisar que uno está siendo filmado, quien tiene acceso a la información y por cuánto tiempo se guardarán los datos ”.

Si es la ley de protección de datos la que regula, entonces una imagen propia tiene el mismo valor que un dato, cualquier ciudadano podría exigirle al estado el derecho a poder verlas o que sean borradas. Pero más allá de esta ley no existe una norma que fije reglas uniformes para el sistema de las videocámaras . En Tigre, por ejemplo, las grabaciones se guardan durante 30 días y es la propia intendencia la que decide difundirlas. Llevan hasta ahora unas 120 filmaciones en el aire. En la Ciudad, sí existe una ley que obliga a guardarlas durante sesenta días y prohíbe su difusión. Dos semanas atrás, Macri tuvo que deshacer un acuerdo para difundir las imágenes de la 9 de Julio por los canales de televisión después de que la Defensoría presentó una queja.

Tigre fue uno de los municipios pioneros. Empezó en 2008 y lleva instaladas más de 600 cámaras . Su intendente, Sergio Massa, no tiene dudas: “Hoy la gente me pide videocámaras, no patrulleros. Tienen el 93 por ciento de aceptación y logramos bajar el robo de autos en un 70 por ciento”.

Eugenio Burzaco, jefe de la Policía Metropolitana asegura que están “muy satisfechos” con los resultados. ¿Hasta donde se seguirán instalando? “Todas las necesarias para poder actuar preventivamente, es imposible poner un patrullero en cada esquina”.

Lo que semejante volumen de filmaciones produce ya ha quedado incorporado a lo cotidiano. Con solo buscar en YouTube se puede ver un robo. Tal es el furor que hay programa de televisión y la próxima semana se hará en la Rural la Seguriexpo en la que las cámaras serán las estrellas.

Beatriz Busaniche integra la Fundación Vía Libre, una ONG que defiende los derechos civiles frente a nuevas tecnologías: “Que una persona esté circulando en un espacio público –asegura– no implica que se pueda vulnerar su derecho a la intimidad. Toda persona tiene derecho a saber dónde se están almacenando sus datos y a pedir que se destruyan”. Pero el inmenso negocio de las cámaras parece haber saldado la discusión entre derechos y seguridad.

POR LEY, TODAS LAS IMÁGENES SE GUARDAN 60 DÍAS EN CAPITAL

Las cámaras obtienen tomas cada vez más nítidas hasta 300 metros de distancia.

En abril del año pasado, el fiscal general de San Isidro, Julio Novo, decidió anular una resolución de uno de los fiscales de Tigre que había rechazado como prueba de un robo las imágenes de una videocámara del municipio.

“El fiscal dice que no puede establecer la presencia en el lugar de los reos pero la filmación es más que elocuente. Entonces qué duda había”, sostuvo entonces el procurador Novo.

Para el constitucionalista Gregorio Badeni no hay dudas sobre la validez de las filmaciones como pruebas, pero aclara que siempre deben ser validadas con otro tipo de investigación.

“Por supuesto que las filmaciones sirven –asegura Badeni–, son un indicio de prueba, esto quiere decir que hay que cotejarlo con otras pruebas diferentes. Muchas veces, sirven para encarrilar la investigación de un hecho delictivo y ayudar a los investigadores para saber por dónde continuar. Pero también son muchos los jueces penales que las han tomado como indicio de pruebas en numerosos casos”.

Para contraatacar los cuestionamientos por violar el derecho a la intimidad, en julio del año pasado, el Gobierno porteño se encargó de llevar a la justicia local imágenes para más de dos mil causas judiciales .

Eugenio Burzaco, jefe de la Policía Metropolitana, asegura que las cámaras sirvieron para desbaratar a los arrebatadores que actuaban sobre la calle Florida, pero también para determinar el accionar de una banda de narcotraficantes que operaba en la Villa 31.

Es que con cámaras cada vez más sofisticadas, la imagen que se obtiene es casi tan nítida como la de la televisión. Los equipos pueden captar con definición perfecta hasta trescientos metros aunque en muchos casos pueden acercarse hasta ochocientos.

Por ley, el Gobierno porteño está obligado a guardar todas las imágenes de las videocámaras hasta sesenta días.

En el caso de Tigre, las cámaras del Centro de Operaciones captaron el momento en que dos hombres golpeaban a otro para poder robarle su auto.

La polémica estalló cuando el fiscal del caso ordenó liberar a los detenidos alegando que la filmación no era una prueba suficiente.

Pero Sergio Massa, el intendente inició una batalla judicial, se presentó como querellante y apeló la medida. Así, logró que el procurador revocara la medida y designara otro fiscal.

Los delincuentes habían actuado a cara descubierta sobre la Avenida Juan B. Justo, una de las principales del partido.

Esas mismas cámaras pudieron reconstruir el trayecto que siguieron los secuestradores de Santiago Urbani en octubre de 2009. Así se pudo armar un mapa para dar con los posibles lugares donde se escondían los delincuentes. Sin embargo, los detractores de las videocámaras alegan que de nada sirvieron para evitar que el joven de 18 años fuera asesinado.

ACUERDO CON COMERCIOS

Con la inseguridad acechando la vida y los bienes de 15 millones de bonaerenses, y también a la actividad comercial de la Provincia, el gobierno bonaerense y representantes del empresariado avanzaron en un proyecto para colocar cámaras en centros urbanos de Provinicia.

Ayer, el ministro de Justicia y Seguridad, Ricardo Casal, se reunió con miembros de la Federación Económica de la Provincia de Buenos Aires (FEBA), para la firma de un convenio que permita una mejor vigilancia de locales comerciales.

Los empresarios se comprometieron a aportar las cámaras de seguridad para ser instaladas en las calles y lugares estratégicos de funcionamiento de los centros comerciales de cada ciudad de la Provincia. El Estado proveerá, llegado el caso, asesoramiento y logística para la colocación de los aparatos de monitoreo.

LAS CÁMARAS EN LA VIDA DE LOS ARGENTINOS

  • La barra de River. En el entretiempo del partido que finalmente llevó a River al descenso, un grupo de barras de River fue filmado por las cámaras de seguridad del estadio. Caminaban por los pasillos del Monumental. Presuntamente se dirigían al vestuario del árbitro Sergio Pezzotta, para amenazarlo con el objetivo de que en el segundo tiempo arbitre parcialmente, a favor de River.
  • Un choque brutal. Una camioneta Traffic y un automóvil Gol chocaron en la esquina de Belgrano y Reconquista de Don Torcuato, partido de Tigre. La camioneta terminó arriba de la vereda y prendida fuego tras el fuerte impacto. Las imágenes fueron tomadas por cámaras del municipio de Tigre y permiten apreciar qué vehículo tuvo responsabilidad primaria en la colisión.
  • Robo al banco. En enero de 2011, boqueteros robaron una sucursal del Banco Provincia de Belgrano. Sin tener en cuenta que eran filmados por la cámara de una pizzería, a cara descubierta, cargaron el botín en 16 bolsas plásticas en una camioneta blanca que estaba estacionada cerca del banco. Un mes y medio más tarde fueron detenidos. La Policía logró depurar las imágenes y los identificó.
  • Abusador. En una peatonal del partido de San Martín, un profesor de una escuela secundaria intentó abusar sexualmente de un menor de 16 años en situación de calle. Tras el intento, el adolescente golpeó al profesor. Todo quedó registrado por las cámaras del partido. Por las imágenes, el profesor fue acusado de abuso sexual simple. Ocurrió en abril de este año.

PUERTO MADERO, UN BARRIO RIGUROSAMENTE VIGILADO

El barrio de Puerto Madero es el emblema de las cámaras de seguridad. Al menos en la Ciudad de Buenos Aires. En el barrio más caro viven apenas 6.628 personas y hay 25 cámaras que filman a toda hora. Según datos del Censo 2010, la ocupación de Puerto Madero llega apenas al 28%. Otro de los datos más llamativos es que la tasa de delitos es casi cero; en sus 170 hectáreas se levantan los edificios más impresionantes de la Ciudad.

El barrio nació en 1989, luego de un acuerdo del entonces presidente Carlos Menem y el intendente Carlos Grosso. Desde su nacimiento se planificaron todos los detalles para que luzca como un lugar de hoteles de lujo y rascacielos mirando al Río de La Plata.

La Corporación Puerto Madero, preveía que en 2011 los habitantes del coqueto barrio serían 16.800, pero hoy la población es un tercio menor de lo esperado.

Puerto Madero parece un escenario de una película de Beverly Hills, el desfile de autos de lujo, el pasto que parece más verde que en el resto de la Capital.

Sus calles son custodiadas por Prefectura. Y las imágenes que día y noche ofrecen sus 25 cámaras, también. Algunos especialistas sostienen que la existencia de estas cámaras, y en especial el conocimiento de los porteños de su existencia, ofrecen buena parte de la explicación de que la tasa de delitos del barrio está en cero.

Puerto Madero es el único barrio que no es custodiado por la Policía Federal; las 25 cámaras son inalámbricas de alta resolución y forman parte del Sistema Integral de Seguridad del barrio que es visitado todos los días por unos 45.000 turistas de gran poder adquisitivo.

Fuentes de Prefectura explicaron que en el barrio hay un prefecto cada 10 personas. Esta es otra de las claves para que sea el más seguro de Buenos Aires.

Puerto Madero fue planificado desde cero, se destaca el valor de las propiedades que pueden llegar a costar 6.000 dólares el metro cuadrado. Otro de los proyectos es levantar el primer hotel seis estrellas del país que abriría en 2013, la inversión sería de 130 millones de dólares. El resort tendrá 150 habitaciones, además de 33 departamentos exclusivos, en el Dique 4.

En Puerto Madero hay casino pero no hay colegios ni hospitales. Tampoco entran colectivos. La semana pasada, el barrio cumplió 20 años e inauguró el primer hipermercado.

Fuente: Clarín

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