Se trata de una tendencia que crece en los EEUU, donde compañías y organismos oficiales piden contraseñas para acceder a las cuentas de los postulantes. Incluso, se valen de otros métodos más cuestionables para acceder.

20/03/2012

«Es como pedirle las llaves de su casa a uno», sostiene Orin Kerr, profesor de leyes de la George Washington University y ex procurador federal, quien considera ese requisito «una grave violación a la privacidad».

Hay quienes cuestionan la legalidad de semejante pedido.

Desde la aparición de las redes sociales, muchos ejecutivos a cargo de las contrataciones revisan los perfiles de Facebook de sus empleados disponibles para el público en general, sus cuentas de Twitter y otros sitios para obtener información sobre los candidatos a un puesto.

Con frecuencia, no obstante, la gente no permite el acceso indiscriminado a sus cuentas sino que lo restringe a sus conocidos.

Las compañías que no solicitan las contraseñas apelan a recursos como pedir al postulante que se haga amigo de algún ejecutivo de la firma o que abra su cuenta en una de las computadoras de la empresa durante la entrevista.

Una vez contratados, hay firmas que piden a sus empleados que se comprometan por escrito a no hablar mal de la empresa en las redes sociales.

Cuando Justin Bassett fue a una entrevista de trabajo, se sorprendió cuando el entrevistador le pidió su nombre de usuario y su contraseña de Facebook.

Bassett, experto en estadísticas de Nueva York, se negó y retiró su solicitud de empleo, diciendo que no quería trabajar con una compañía que busca información personal de los empleados.

Hay quienes no pueden darse ese lujo porque necesitan el empleo.

La tendencia a pedir contraseñas es más prevaleciente entre las agencias públicas, especialmente las policiales.

En el 2010, Robert Collins regresaba de su trabajo como guardia en el Departamento de Seguridad Pública y Servicios Penitenciarios de Maryland luego de tomarse una licencia por la muerte de su madre. En la entrevista le pidieron los datos de su cuenta de Facebook, supuestamente para asegurarse de que no tenía conexiones con pandillas. El pedido no le gustó, pero accedió».

«Necesitaba el trabajo para darle de comer a mi familia», explicó.

Cuando la Unión de Libertades Civiles (ACLU, según sus siglas en inglés) se quejó de esa práctica, la agencia modificó sus procedimientos y, en lugar de exigir las contraseñas, dispuso que los candidatos abriesen sus cuentas durante las entrevistas.

«Para mí, eso sigue siendo una invasión a la privacidad. Comprendo el deseo de saber más del postulante, pero se está violando la privacidad de la persona», afirmó Collins.

Desde 2006, la policía de McLean y de otros condados de Illinois piden a los postulantes que abran sus cuentas de redes sociales para que las puedan ver.

El subjefe de la policía de McLean Rusty Thomas dijo que los postulantes se pueden negar, pero nadie lo ha hecho, lo que «habla bien de la gente que se postula».

Cuando se le preguntó qué tipo de material podría comprometer la contratación de una persona, Thomas dijo que «depende de la situación», pero mencionó cosas como «fotos inapropiadas, relaciones con menores y actitudes ilegales».

E. Chandlee Bryan, asesor de profesionales y coautor del libro The Twitter Job Search Guide (Guía para la búsqueda de trabajo vía Twitter), declaró que los postulantes siempre deben cuidarse de lo que ponen en sus cuentas y dar por sentado que alguien va a ver eso.

Cada vez más empresas usan aplicaciones de terceros para acceder a los perfiles de Facebook, según Bryan.

Sears lo hace. Un postulante tiene la opción de conectarse al portal de Sears a través de Facebook, usando una aplicación de terceros que permite recabar información de su perfil, como listas de amigos.

La portavoz de Sears Holdings Inc. Kim Freely dijo que el perfil de Facebook permite observar el historial laboral del postulante.

No está claro si ingresar a la cuenta de otro durante una contratación viola las leyes.

Pero Lori Andrews, profesora de derecho del IIT Chicago-Kent College of Law especializada en la privacidad en la internet, dice que le preocupa la presión que se hace a una persona para que permita el acceso a sus cuentas.

«Por más que lo hagas voluntariamente, se incurre en coerción si necesitas un trabajo», afirmó Andrews.

Fuente: Infobae

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