Por Diego Geddes – 12/08/12

Lo afirman los expertos. El teléfono portátil es lo más pedido para este Día del Niño.

Solo dos botones. En uno la imagen de una mujer –el número de mamá– y en otra la de un varón –el de papá–. Así de simples son los celulares diseñados para nenes de 3 a 5 años que van ganando terreno en el mercado. A pesar de que los potenciales consumidores de tecnología son cada vez más chicos, todavía no hay reglas claras para saber cuándo pueden tener su propio teléfono. Sin embargo, hay al menos un consenso entre los especialistas, que establece que entre los 11 y los 13 años (según la madurez de cada caso) es la edad mínima ideal para que un chico empiece a usar un celular.

Para muchos padres es difícil tomar esta decisión (“todos tienen celular y yo no”, escuchan como queja). Según una encuesta de D´Alessio IROL, el celular es lo más pedido para este Día del Niño: lo quieren el 39% de los chicos de 4 a 11 años. Pero quizás por este dilema de la edad, los padres todavía le escapan a los regalos “tecnológicos”: solo el 18% de los chicos que pidió un teléfono lo recibirá.

Lejos de demonizar su uso, los especialistas alientan la incorporación de la tecnología. Por un lado porque es inevitable, pero también porque ayuda en ciertos procesos de enseñanza sobre la responsabilidad, como aprender a respetar la cantidad de horas que se lo debe usar o para dosificar el crédito, en los abonos prepagos. Según una guía del CSM, entidad que investiga el vínculo de los niños con la tecnología, “si el chico demuestra que es capaz de comunicarse en los momentos acordados, de cumplir las pautas de uso establecidas por sus padres y por la escuela, y usa el equipo con sensatez, entonces puede estar listo para un celular”.

“No hay que ser apocalípticos ni temerle a este problema, porque para los chicos un celular es como un juguete. Muchos ni siquiera saben su propio número”, dice la psicóloga Ana Rozenbaum.

Para gran parte de las personas, un celular es un objeto que nació como teléfono y que luego fue agregando más usos, como cámara de fotos y mail. Pero sigue siendo en esencia un teléfono. Para los nativos digitales, un teléfono celular es una computadora pequeña, que, entre muchas otras funciones, tiene la del teléfono. Por eso, la comunicación entre adolescentes es diferente: usan WhatsApp (mensajes gratis) y muchos ni siquiera gastan el crédito mensual.

The New York Times publicó la opinión de Wendy Swanson, una reconocida pediatra que escribe un blog sobre paternidad. Entre otros consejos, Swanson pide un uso moderado y equilibrado” del celular: “Queremos que nuestros hijos aprovechen ese espectro enriquecedor de experiencias –dice Swanson–. Una parte de eso deriva de la asombrosa tecnología a la que tenemos acceso, y la otra de que también podemos desconectarla”.

Consejos para padres

¿Teléfono básico o smartphone?

Lo principal es que sea un equipo que permita configurar y desactivar ciertas funciones.

Llamadas desconocidas, no Hay que explicarles a los chicos que no deben atender llamadas de un número desconocido.

No usarlo antes de dormir Está comprobado que mirar una pantalla antes de dormir inhibe un patrón de sueño saludable. Por eso, hay que tratar de evitar su uso en las horas previas al descanso.

En los dormitorios Los especialistas recomiendan que la computadora y el televisor no esté en la habitación de los chicos. Con los nuevos celulares (al cabo, mini computadoras personales) debe usarse el mismo criterio.

Contraseñas, hasta los 16 Aconsejan conocer los contactos y contraseñas de sus cuentas de correo, al menos hasta los 16 años.

Evitar intercambios A través del chat, los nuevos teléfonos permiten cambiar fotos, direcciones y datos personales, y ese es uno de los usos más habituales. Pero, en la medida de lo posible, hay que pedirle a los chicos que eviten esa costumbre.

Al mismo nivel Es recomendable tener el mismo nivel de conocimiento tecnológico que sus hijos.

Fuente: “Guía para padres y educadores sobre el uso seguro de Internet, videojuegos y móviles”.

Dos edades, dos usos bien diferentes

Tommy tiene 12, Marco cumple 8 la semana que viene. Uno tiene celular, el otro todavía no. Aun con reglas propias para delimitar y marcar el contacto que los chicos tienen con la tecnología, la familia Rosito-Batista (papá Mariano, mamá Elena) encaja perfecto en el esquema que plantean los especialistas. “A Tommy le dimos un celular que estaba en casa y que nadie usaba. Lo tiene para los días en que va a Educación Física y que anda solo por la calle, pero la verdad es que no lo usa mucho. Le da mucha más utilidad al iPod: escucha música, habla con los amigos por el programa de mensajería WhatsApp, o con nosotros por Skype”, cuenta Elena.

A Marco, en cambio, todavía no le hace falta un celular, pero sí lo tientan los jueguitos. “Me pide el mío para jugar, pero lo toma como un centro de entretenimiento. Si tuviera uno propio, creo que ni lo usaría. Para algunas cosas todavía es muy chico”, finaliza Elena.

Fuente: Clarín

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