¿Has pensado cuántas de nuestras comunicaciones diarias privadas pasan por internet, en alguna de sus formas? Email, mensajería instantánea, redes sociales… Cuando uno empieza a usar un servicio, pocas veces se pregunta por la posibilidad del acceso no deseado a sus datos privados. Pero programas como Firesheep son los que nos hacen darnos cuenta de lo fácil que puede ser acceder a conversaciones privadas de otras personas, y de la relevancia del tema cuando pensamos que el tipo de información que enviamos a nuestros contactos más cercanos normalmente es muy sensible, ya sean conversaciones, fotos o información de contactos.
Los servicios de mensajería instantánea por ejemplo, son de los más usados para este tipo de conversaciones y su crecimiento es espectacular. Es cada vez más frecuente escuchar en la calle que alguien dice: “te whatsappeo” en vez del clásico “te mando un SMS”, y su masividad nos debería hacer reflexionar sobre la falta de interés por nuestra privacidad con tal de que el sistema funcione de modo gratuito.
WhatsApp, el más popular de estos servicios, pasó de tener el 3% del ancho de banda en mensajería en 2010 hasta un 18% el siguiente año, según Internet Allot Communications. WhatsApp llevaba unos mil millones de mensajes al día en octubre de 2011, dos años después de su lanzamiento, y duplicó esta cifra en apenas cuatro meses, de forma que en febrero de 2012 se enviaron 2.000 millones de mensajes diarios.
La seguridad en los mensajes de WhatsApp ha sido siempre un tema sobre el que ha habido largas sombras y tanto es así que tiene un apartado especial en la Wikipedia para hablar de sus “security concerns” (problemas de seguridad). Las comunicaciones hechas a través de esta app no estaban cifradas, por lo menos hasta mayo de este año, cuando algunos expertos en seguridad reportaron que las últimas actualizaciones ya no enviaban los mensajes en texto plano .
Pero en parte por la falta de transparencia de la empresa y lo poco que se sabe de ella, la desconfianza siempre ha estado ahí, y en enero de este año se descubrió un agujero de seguridad por medio del cual se podía cambiar el status de un usuario de WhatsApp del que se supiera su número de teléfono. Según el hacker que lo había descubierto, esta era sólo una de las fallas de seguridad de WhatsApp, y había muchas más.
Otros sistemas de comunicación similares están encriptados y no han mostrado tener fallas de seguridad de estas dimensiones. Entre ellas el BB Messenger de BlackBerry, iMessage de Apple, Skype, Joyn, Kik Messenger, GroupMe y TU Me, son algunos de los servicios de mensajería instantánea que encriptan todas sus comunicaciones. Si bien algunos de estos servicios han tenido vulnerabilidades, han sido inmediatamente solucionadas por parte de las compañías en cuanto fueron detectadas. Sin dudas, el modo en el que las empresas gestionan la privacidad de nuestras conversaciones debería ser un factor importante a la hora de elegir uno u otro sistema para comunicarnos.
Fuente: Telefónica Think Big