Hay sitios en Internet creados para engañar a los turistas. Cómo funcionan.

Reservar alojamiento para las vacaciones a través de internet es el miedo más grande que tienen los tecnofóbicos en cualquier parte del mundo. Mendoza no es la excepción.

A pesar de no ser moneda corriente, las estafas online existen y se propagan año tras año en la red. Los temores de cualquiera que programa su descanso desde la computadora pasan por las transferencias bancarias a cuentas y nombres que no tienen una cara visible. O bien, tienen una cara virtual que luego no se condice con la realidad.

El miedo más grande del turista es girar dinero a la cuenta de una persona o empresa que después no exista físicamente. “Siempre es un riesgo”, apuntó sin dudar Marcelo Castro, titular de la división de Delitos Tecnológicos de la Policía de Mendoza.

Sin embargo, existen algunas maneras de llevar al mínimo el riesgo de ser estafados a través de las nuevas tecnologías.

“Lo mejor, en muchas ocasiones es complementar la negociación virtual con unos llamados telefónicos. Por ejemplo, comunicarse con la Secretaría de Turismo del lugar al que se piensa viajar para pedir información sobre lo que nos estén ofreciendo”, señaló Castro.

De esta forma, se corrobora si la empresa existe, si tiene habilitación gubernamental, cuánto tiempo hace que está en el rubro y su real ubicación y calificación, en el caso de que sea un hotel.

Otro punto a tener en cuenta es buscar en páginas conocidas. “Muchos inexpertos entran a cualquier buscador e inician su búsqueda de acuerdo con lo que quieren. Si muerden el anzuelo de algún sitio trucho y transfieren dinero, después es muy difícil salir de la situación”, graficó el titular de Delitos Tecnológicos.

Lo ideal en estos casos es buscar páginas gubernamentales oficiales del sitio al que se vaya a vacacionar. Una vez dentro, hay que clickear en los enlaces propuestos. La ventaja es que estos sitios están registrados por las áreas de Turismo y, teóricamente, se disminuye el peligro de caer en manos de un inescrupuloso cibernético.

Las páginas oficiales se reconocen por su extensión de dominio, generalmente “.gov” o “.gob”, al final de su dirección. Luego viene la extensión del país “.ar” o “.cl”, para Chile, por ejemplo.

“No obstante, nada nos asegura que ese sitio no sea una pantomima digital, hasta con un número telefónico que va a ser atendido por alguien perteneciente a una posible banda de ciberestafadores. Ha llegado a pasar en sitios como E-Bay o Mercado libre, que son muy confiables”, destacó Castro.

Con las inmobiliarias es más difícil ser víctima de fraudes

Santiago Debé, presidente del Colegio de Corredores Públicos Inmobiliarios de Mendoza, dio su visión del tema: “Hay inmobiliarias que tienen sitios en internet ofreciendo datos y precios para alquileres temporarios. El cliente debe pedir toda la información posible y complementar la negociación con algún llamado telefónico al colegio inmobiliario de la zona a visitar”.

El problema es que no todas las provincias de Argentina tienen colegios de corredores inmobiliarios. “Ahí estamos en dificultades”, reconoció Debé.

Luego agregó: “Pero hay otras formas de confrontar información. Un llamado telefónico a la división de Turismo del lugar a visitar o pedir datos de la cuenta bancaria en la que realizaremos el adelanto para después confrontarlos en el banco”.

El diario chileno El Mercurio ha dado cuenta de las ciberestafas que han sufrido turistas argentinos en la presente temporada.

Marco Olivarí, jefe de Delitos Informáticos del vecino país, informó a ese matutino que el modus operandi es simple. “La gente visita un portal, donde les solicitan que depositen dinero en una cuenta corriente. Una vez que hacen el depósito esperan la confirmación de la transferencia que nunca llega”, resumió.

Algunos igual viajan al lugar y buscan el departamento o el encargado que, casi nunca aparece. Pero en el caso de que den la cara, inventan una nueva mentira: “Le devolvemos el dinero por Western Union”, prometen. Claro, nunca llega.

Debé opinó que lo de Chile es más difícil porque “se trata de un país con más controles en cuanto a la actividad inmobiliaria”.

Sin embargo, advirtió que Brasil es un poco más complejo para que los mendocinos no sean estafados. “Muchas veces se ofrecen lugares paradisíacos, con playas hermosas y complejos muy buenos. Pero cerca de lugares peligrosos que no están en la promoción. Una vez que los turistas dejan su cabaña, vuelven y han sufrido robos calamitosos”, cerró.

Fuente: DiarioUno

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