Más que prohibir, los padres deben hablar con ellos, escucharlos y poner límites claros.

Ya no sorprende cómo se viene acrecentando el uso de las nuevas tecnologías por adolescentes y niños. Por un lado, los especialistas sostienen que el contacto de los chicos con estas herramientas es sumamente trascendente en su rol pedagógico y hasta social. Sin embargo, advierten el lado oscuro de Internet, donde los jóvenes pueden ser engañados por adultos que los contactan con intenciones poco felices.
Según una encuesta realizada por la Sociedad Argentina de Pediatría, uno de cada dos chicos se conecta todos los días a Internet, pero en casi la mitad de los hogares no hay un adulto supervisándolos. Y el 52% de los padres no está al tanto de quiénes son los contactos que tienen sus hijos.
“Los padres deben guiar a los chicos del mismo modo que lo hacen en los demás aspectos de la crianza: poniendo límites claros, habilitando el diálogo, comprendiéndolos. Que los padres sepan entender cómo funciona Facebook o Twitter no es suficiente para saber cómo cuidarse. La autoridad parental, con o sin conocimientos tecnológicos, debe permanecer intacta. La recomendación es entender, dialogar, proponer y acompañar en la construcción de pautas de autocuidado”, asegura Marcela Czarny, presidente de la Asociación Civil Chicos.net.
Otro encuesta de Cartoon Network entre 3.000 chicos de entre 6 y 15 años arrojó que 4 de cada 10 tienen Internet en la computadora de su habitación, lo que hace más complicado que los padres estén al tanto de la navegación de sus hijos. Y esta dificultad es aún mayor cuando se trata de adolescentes que, por lo general, se aíslan en “su mundo”.
“Es necesario hacerse un tiempo para charlar, preguntarles y que nos pregunten, interiorizándonos nosotros en principio y luego abriendo temáticas que les den a ellos mayor cantidad de recursos para prevenir probables contratiempos”, expresa Roxana Linietsky, docente y técnica universitaria en organización y conducción de instituciones educativas.
Uno de los mayores temores que tienen los padres pasa por no entender los sitios por dónde están navegando sus hijos que son nativos digitales y se adaptan mucho más rápido que ellos a la Web. “Muchas veces los padres no pueden restringir el ingreso a páginas que no sean adecuadas para chicos. Ahí es clave que el chico siempre sepa que no debe charlar con extraños y que reconozca que su padre, como autoridad, debe guiarlo también en este camino online. Para ello los padres deben estar informados y no ignorar este tipo de entretenimiento”, dice Guido Corsini, project manager de Mundo Gaturro.com.
Los especialistas sostienen que el uso adictivo de la computadora y el ciberbulling (el acoso o “escrache” entre pares) son los temas que más preocupan a los adolescentes, mientras que el peligro de contactar a extraños o el uso de sus fotos para fines no deseables son preocupaciones que vienen desde los adultos. Para evitar que los chicos puedan ser víctimas de engaños, es imprescindible alentarlos a configurar su privacidad en las redes sociales y a no involucrarse con desconocidos. Y que sepan que pueden hablar con sus padres si alguien los contacta de manera sospechosa.

Fuente: Clarin

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