Domingo 05 de febrero de 2012 | LA NACIÓN

CRECE CON FUERZA EL DELITO INFORMATICO

Los casos locales superan el promedio mundial.

Para robar el dinero de la cuenta de un banco no usan armas de fuego, no se preocupan por el personal de seguridad puertas adentro ni por los policías puertas afuera. Los delincuentes informáticos crecen y perfeccionan su forma de actuar a la velocidad a la que se desarrollan las nuevas tecnologías.

En el último año, los delitos informáticos cobraron una dimensión mucho mayor en la Argentina. Tanto es así que el 46% de las empresas manifestó haber sido víctima de un delito informático en 2011. Esta cifra se desprende de la Encuesta Global sobre Delitos Económicos, realizada por la consultora PricewaterhouseCoopers (PwC), de la que participaron 3877 organizaciones de 78 países, entre ellas, 77 de la Argentina.

La cifra, que ubica a nuestro país por encima del promedio regional (37%) y mundial (34%), supone un crecimiento del 8% desde la última medición, realizada en 2009.

Este resultado responde a dos fenómenos: uno, es el mayor volumen de dinero que se transfiere, y el otro, que los usuarios son más conscientes de este tipo de delitos.

«En estudios de fraude que hicimos en años anteriores, algunos encuestados ubicaban a los delitos económicos en la opción «otros delitos», porque no tenían noción de lo que significaba un fraude informático», explicó a LA NACION Carolina Lamas, gerente de Dispute Analysis & Investigations en PwC Argentina.

Muchos no hacen la denuncia

Además, se estima que la mitad de las víctimas del cibercrimen prefieren no realizar la denuncia. En alrededor del 50 por ciento de los casos, el dinero sustraído forma parte de activos no declarados, por lo que para ahorrarse un problema con la AFIP, el damnificado prefiere o perder el dinero o llegar a un arreglo con el banco.

Las bandas de delincuentes tienen una organización muy compleja que incluye los conocidos hackers, los crackers (son aquellos que se infiltran y pueden modificar el contenido de una PC) y las «mulas» (son los encargados de retirar el dinero de las víctimas por las ventanillas del banco).

El fiscal Ricardo Sáenz, especialista en delitos informáticos, aseguró que con el crecimiento de los casos de salideras bancarias, hace algunos años se comenzó a incentivar el uso del home banking y las operaciones a través de Internet.

«La transacción, que antes demoraba 48 horas, ahora se concreta en el transcurso del mismo día. Los bancos y las empresas que gestionan las transferencias de dinero tienen mucho menos tiempo para poder controlar, lo que les da una gran ventaja a los delincuentes», dijo Sáenz.

Para evitar ser víctimas de los ataques, los especialistas recomendaron tener en la computadora un antivirus actualizado semanalmente que puede ser bajado de Internet de forma gratuita, un spyware y un firewall, además de actuar de inmediato ante cualquier tipo de anomalía y no dejar pasar los avisos de alerta de los antivirus.

Según el estudio de la consultora PwC, en la actualidad el delito informático es el quinto tipo de fraude más recurrente para las organizaciones en el país, a la vez que el 45% de ellas, prevé que puede sufrir un ataque en 2012.

Lamas afirmó: «A pesar de que la mayoría es consciente de esta modalidad delictiva, las compañías siguen siendo más reactivas que proactivas en la lucha contra los delitos informáticos».

Prevención y detección

Así es como el 56% de las organizaciones manifestó que no se encuentra preparada para prevenir y detectar los ataques o no lo sabe, y el 79% reconoció que no tiene acceso a investigadores expertos en tecnología forense o desconoce el dato.

En esa misma línea, Sáenz señaló que hace falta más capacitación y la creación de una fiscalía especializada en la investigación de delitos informáticos, que además del fraude, incluyan el robo de identidad, la pedofilia, el grooming, entre otros delitos.

La prevención y la capacitación también debe darse puertas adentro. Según el estudio de PwC, el 18% de los encuestados dijo que la principal amenaza tiene su origen dentro de la organización. «Las empresas deben transmitir sus valores a los empleados y capacitarlos para que puedan detectar cuando se está ante la presencia de un delito de este tipo y denunciarlo», dijo Lamas.

Recomendaciones

  • Antivirus. actualizado Además de contar siempre con este tipo de software, debe estar siempre actualizado, por lo menos, una vez por semana.
  • Spyware. Este tipo de programas ayudan a detectar cuando se instala software malicioso en la PC para robar datos y contraseñas.
  • Contraseñas. Utilizar para cada cuenta claves distintas que combinen letras, números y caracteres en mayúsculas y minúsculas. Modificarlas con regularidad.
  • Discreción. Evitar compartir las contraseñas y los datos para operar, aun con el círculo íntimo.
  • Operar en privado. No usar más de dos PC para operar. Tampoco hacerlo con conexiones de Wi-Fi en lugares públicos, aun cuando cuenten con una clave segura.

«Vendían cosas a mi nombre y no lo sabía»

Una víctima afirmó que le hackearon su cuenta.

«De un día para el otro comencé a recibir reclamos e insultos por productos que yo no vendía y que ya habían sido pagados. Alguien había ingresado en mi cuenta con la que opero a través de Internet y yo nunca lo supe», dijo Nicolás Sánchez, de 28 años, quien compra y vende productos por Internet.

El caso de Sánchez refleja cómo una persona puede ser víctima de un fraude, o bien de ser usada para estafar a terceros.

«Siempre tomé todos los recaudos para no ser víctima de ningún tipo de ataque en mi computadora: actualizaba el antivirus, miraba bien qué mails abría y cuáles no, era cuidadoso de los sitios en los que navegaba, pero me di cuenta de que nunca se puede estar 100% seguro.»

No bien notó las anomalías, Sánchez dio aviso a la empresa de lo que estaba ocurriendo. «Al otro día, me inhabilitaron para seguir operando hasta que se resolviera la situación mía y la de la gente estafada. Después de varios días, volvieron a contactarme y me explicaron que hackers de Rumania habían ingresado en mi cuenta, ofrecían productos inexistentes y pedían a los usuarios que transfieran el dinero a cuentas de terceros.»

En los primeros días de 2012, el caso de fraude que tuvo como víctima a la familia Toscano, dueña de una corredora de cereales, salió a la luz, al poner en evidencia la normalidad y frecuencia en la que ocurren este tipo de delitos. Con un minucioso trabajo de inteligencia y mucha paciencia, los hackers monitorearon por varios días todos los movimientos de Marcelo Toscano, quien acostumbraba a manejar grandes cantidades de dinero.

«Los delincuentes sabían cuándo atacar, y lo hicieron a media mañana, momento en que las cuentas bancarias de la cerealera siempre registraban activos en su haber. Lograron hacerse de $ 87.000», dijo a La Nacion Marcelo Toscano.

«De un momento para otro, cuando terminé de realizar las operaciones de la mañana, mi sesión en Interbanking se cerró abruptamente. Como yo justo estaba saliendo, pensé que fue parte del proceso del sistema», dijo a La Nacion Marcelo Toscano.

«A las dos horas -agregó-, recibí un llamado del banco Santander Río en el que me informaban que no contaba con dinero suficiente para concretar las operaciones. Era imposible. Allí comenzó mi calvario.»

Fuente: La Nación

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