Pekka Himanen
Pekka Himanen

El intelectual finlandés autor del ya clásico “La ética del hacker” estuvo en Buenos Aires para brindar conferencias sobre el espíritu del trabajo en la edad de la información. En una entrevista con Ñ Digital contó cómo el contenido de su manifiesto ha sobrevivido estos últimos diez años.

Pekka Himanen parece demasiado joven para haber escrito La ética del hacker. En ese manifiesto, publicado en 2001, el intelectual finlandés (quien recibió su doctorado en filosofía a los veinte años) intenta definir el espíritu de trabajo que caracterizaba el mundo de los programadores como Linus Torvalds, el creador del sistema operativo de código abierto Linux — o a Steve Wozniak, el cofundador, junto a Steve Jobs, de Apple Computer. Himanen no inventó el término Hacker, ni tampoco su definición original: un programador o científico de computación quien trabaja esencialmente por el amor de solucionar problemas interesantes y difíciles en conjunto con un grupo de colegas cuyo primordial código ético es compartir la información.

Lo que sí hizo Himanen con su libro fue contraponer el espíritu hacker a la ética protestante definida por Max Weber en La ética protestante y el espíritu del capitalismo. De esa forma intentó dilucidar un nuevo espíritu de trabajo para el tercer milenio. Según la amplia definición de Himanen uno puede adoptar el espíritu hacker sea cual sea su profesión porque en su esencia significa hacer las cosas con alegría y pasión dentro de un colectivo que comparte los mismos valores. 

El prólogo de La ética hacker fue escrito por Linus Torvalds, también finlandés. El posfacio fue escrito por el renombrado sociólogo español, especialista en la sociedad de la información, Manuel Castells. En fin, como un experto surfeador, Himanen pescó una gigantesca ola en su justo momento. Esa ola aun lo propulsiona por la vida, llevándolo a lugares insólitos, como -por ejemplo- el salón de desayuno de un hotel porteño ubicado en el triste punto muerto entre la Calle Corrientes y la Plaza del Congreso. Fue invitado a Chile y Argentina por la Cátedra Globalización y Democracia de la Universidad Nacional de San Martín y la Universidad Diego Portales, de Chile, junto con la Fundación OSDE.

Allí en el hotel entonces, en una mañana de intensa lluvia, hablamos con Pekka Himanen, hoy de 39 años, mientras se tomaba un jugo de naranja y comía un pan con jamón. Himanen es cortés y correcto, pero al principio de la entrevista uno siente que a veces da respuestas programadas, como un político. Pero escuchando su voz, después, en el grabador, uno se da cuenta que lo que le pasa es que su inglés es laborioso. Se expresa con precisión y elocuencia, pero formula las palabras habladas pausadamente y con extrañas, pero no desagradables, pausas. Como si fuera el actor Christopher Walken haciendo la voz del conde Drácula.

¿Cuánta relevancia tiene su libro “La ética del hacker” hoy, once años después de su publicación? Internet ha cambiado tanto en ese tiempo.

Creo que solo se ha hecho más relevante. Ahora tememos, realmente, muchos ejemplos de la ética del hacker. Cómo la fuerza del movimiento código abierto, por un lado. Por ejemplo el hecho de que un tercio de Internet funciona con Linux y de que tres de cuatro smartphones andan con Linux, ya que Android esta basado en Linux. Y todo tipo de grabadores digitales, como el que estas usando ahora… y hasta estaciones de servicio lo usan.

Entonces, por un lado, se ha visto que el código abierto se ha convertido en el centro de nuestra infraestructura tecnológica en la era del Internet. Pero después, por el otro lado, también puedes ver cómo se va hacía adelante fuertemente una ética de trabajo creativo en el mundo de los negocios. Este libro, La ética del hacker, fue un best seller en Silicon Valley, originalmente. Y yo diría que todas las cosas que han pasado con Google y Apple son ejemplos sobre cómo se puede crear valor económico —por ejemplo, Apple convirtiéndose en la empresa con mejor valor de mercado en el mundo— hacen énfasis en este traspaso que ha ocurrido entre la ética del mundo industrial y la ética creativa en la era de la información.

Esta ética hacker que usted describe no se limita al mundo informático o tecnológico, tiene aplicaciones en cualquier disciplina. ¿Sabe si este libro fue leído y tuvo influencia en otros sectores fuera del netamente tecnológico?

He tenido gente de variadas profesionales  que se acercó a decirme: yo soy un hacker. Que comparten el mismo espíritu. Como sabes, el centro de la idea es sobre ser apasionadamente creativo sobre lo que haces y hacerlo en conjunto con otros. Pero eso lo puedes hacer en cualquier campo. Y mi propio trabajo mas reciente ha sido sobre la cultura de la creatividad en otros campos.

¿Este libro, La ética del hacker, resulta ser un peso para usted? ¿Es como la canción popular de un cantante que siempre tiene que cantar por más que se haya cansado del tema?

No, para mí esto es como la formulación clave del espíritu de la era de la información. Es una nueva ética de trabajo que reemplaza la ética de trabajo de Max Weber. Pero al mismo tiempo es el comienzo para un proyecto más grande para comprender esta cultura de la creatividad. Y yo he trabajado mucho analizando los principales centros de creatividad en el mundo, tanto tecnológicos, científicos y artísticos. Y siempre tienes los mismos elementos: la creatividad y la pasión combinadas con interacciones enriquecedoras.

El modelo viejo de desarrollo ha llegado a un punto sin salida con la crisis global que comenzó en el 2008. Lo que yo llamo la gran recesión. Y necesitamos renovar la economía y la dimensión del bienestar y la dimensión ecológica. Entonces recientemente he estado investigando sobre cómo usar esta cultura de la creatividad para reformar nuestra economía hacía una forma más sustentable… y después reformar la cultura del bienestar de una manera más sustentable: lo que llamo el estado del bienestar 2.0. Estos son los temas que me ocupan ahora.

Muchos de los hackers, sea cual sea su profesión, son autodidactas y contra-culturales. ¿Se puede enseñar la cultura de la ética del hacker e incorporarlas a las instituciones tradicionales de la sociedad?

Bueno, yo también he conducido escuelas filosóficas para niños. Para chicos desde cuatro años, ocho años y doce años. Son todos, originalmente, hackers. Entonces no se trata de crear algo que no esta allí. Simplemente tenemos que parar de sacar ese hackerismo originario. Porque el tipo de preguntas que todos somos capaces de preguntar sobre el mundo con curiosidad y pasión sobre todo — eso ya esta en los chicos.

Hasta el proceso de aprendizaje que usan los hackers donde comienzas por encontrar algo lleno de sentido; procedes de allí a hacerte preguntas, de formular ideas; y después comienzas a usar todos los recursos que están a tu disposición, pero los usas críticamente porque quieres crear una gran solución; y lo haces en conjunto con otras personas; y todo esto esta motivado por un relato con sentido. Esto es lo que hacen los chicos.

El sistema educacional es un tema central para mí. Como criamos los niños es la pregunta fundamental. Porque eso es realmente donde reproducimos nuestros valores culturales. Entonces esta es un área en donde yo he trabajado mucho. Tenemos que crear la escuela 2.0, o la universidad 2.0. Tenemos que ayudar a la gente descubrir sus pasiones creativas en la vida y poder desarrollarla.

Adicionalmente, creo que la educación es el único lugar donde la igualdad de oportunidades se puede ofrecer de verdad más allá de cual es tu entorno social o económico. En una sociedad justa tienes igual oportunidad para realizar tu potencial único en la vida. Pero es complicado. En Finlandia hemos podido crear una combinación que es muy rara, que tenemos escuelas públicas, gratuitas y de excelente calidad. Hay mucha inversión del estado en la educación de docentes.

¿Y en Finlandia los docentes pueden vivir bien con lo que ganan?

Sí, viven bien con su salario. Y un punto importante es que muchos de los mejores alumnos quieren ser docentes. Eso no pasa en muchos países. Según estudios de la Organización de cooperación y desarrollo económico (OECD) nuestros alumnos son numero uno en todas las categorías, desde el alfabetismo hasta la matemática, desde las ciencias naturales hasta la habilidad de solucionar problemas.

Entonces, para mi el sistema de educación es el espejo de la sociedad. Es el espejo de nuestros valores verdaderos.

En sus comienzos la Web estaba manejada y consistía más bien de una población de personas con intereses mutuos: científicos y nerds (en el buen termino de la palabra). Ahora se ha masificado. Mi pregunta es: ¿Siente que la Web, como comunidad, ha perdido su energía y su encanto en los últimos 15 a 20 años?

Primero es bueno recordar que estamos hablando más o menos de 15 años. De hecho la revolución de la Web, si fuera un ser humano, aún sería menor de edad: tiene menos de 18 años. ¡La Web no puede legalmente comprar alcohol! Entonces es un acontecimiento que ha tenido una velocidad asombrosa. Nada en la historia se ha dispersado por el mundo con tanta velocidad. Entonces, por supuesto, ha habido muchos cambios. En el principio era más para la gente involucrada con las computadoras, porque era muy técnico. Pero yo diría que el corazón de Internet no ha cambiado. Tecnológicamente aun esta basado en código abierto, entonces es un esfuerzo colectivo y creativo. Y la mayoría de la Net aun es gratis.

¿Cuáles, entonces, son las diferencias más notorias para usted, entre el pasado y el presente?

En el comienzo de Internet la gente no compartía toda su vida con todo el mundo. Como sabes, Max Weber también hablaba sobre como la ilustración quito el misterio de la vida. Y en realidad yo pienso que tenemos que traer de vuelta el misterio, porque es realmente poco interesante si una persona revela todo. Esa es una tarea para ahora en Internet: recuperar el misterio.

Hay una tesis que dice que el uso del Internet nos está haciendo superficiales, que nos está quitando la capacidad de concentrarnos. ¿Esta idea le preocupa a usted? ¿Nos estamos estupidizando por la forma en cual usamos Internet?

Hace diez años, por ejemplo, a ningún académico serio se le hubiera ocurrido citar una enciclopedia. Pero ahora es algo que ocurre. Pero, por otro lado tendría que decir que Internet es un espejo de nosotros mismos. No hay nada en el Internet que no estuviera en nosotros en un primer lugar. Entonces, por ejemplo, si hay un problema de información faltante en Internet, uno debería recordar que la mayoría de las cosas que oímos de las otras personas en la vida le esta faltando información. Hay un problema de mala información en la vida también. Hacen falta los mismos tipos de habilidades críticas mirar Internet como mirar a la vida. Pero no todo el mundo está acostumbrado a ejercer esa actitud crítica.

¿Quería saber cuáles son los libros más importantes que ha leído? ¿Cuál recomendaría a un joven, por ejemplo, que recién comienza a leer en serio y pensar en serio sobre la vida?

Hay tantos libros que han sido importantes para mí, pero para contestar esta pregunta, realmente recomendaría solamente uno. Tal vez sea un poco sorprendente, pero recomendaría que todo el mundo leyera El hombre en busca del sentido de Viktor Frankl. Y fundamentalmente para mí, La ética del hacker es sobre nuestra búsqueda del sentido y de una vida con sentido.

Última pregunta. Parece ser un optimista. ¿Tiene esperanza en la humanidad?

Siempre me interesó más contar las cosas sobre las que estoy a favor en vez de las que estoy en contra. Porque la segunda no ayuda solucionar problemas. Tal vez eso sea parte de la ética hacker también. El hacker solo tiene, de alguna manera, dos principios: arreglar lo que no funciona y, lo que funciona, déjalo en paz. Además, en la historia, todo fue imposible hasta que fue posible. Sin duda, los seres humanos tenemos capacidad creativa. Es cuestión de hacerla funcionar.

Fuente: Clarín

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