Por Guillermo Navarro. Como en su momento fue Napster para la música, los diseñadores y las empresas deberán desarrollar respuestas ante hechos desconocidos. Adaptarse para sobrevivir.
En enero de 2012 Megaupload cerró sus puertas. Mientras el mundo se debatía por la propiedad intelectual de los contenidos de la Red, Taringa! y Cuevana enfrentaron durante 2012 sendas causas judiciales.
Cualquier persona desde el lugar más recóndito puede con tan solo un “click” acceder y poner a disposición información digitalizada perteneciente a otras personas y apropiarse de ella. Análisis del Dr. Ricardo Sáenz
Hubo un momento en donde Cuevana se volvió casi sinónimo de película en la Argentina y otros países de América latina. Pero hoy, esa realidad de hace apenas unos meses parece estar lejos.
Un analisis de la necesidad de ajustar la ley de propiedad intelectual frente a la realidad que plantea Internet y lo que dice la ley civil sobre la responsabilidad de los “intermediarios” en la web.
Hoy no están funcionando la versión en inglés de Wikipedia ni la página de WordPress, y Google promociona una campaña desde su buscador. Es en rechazo a dos polémicas iniciativas de EE.UU. contra la piratería.
En días de debate por el caso Cuevana en Argentina, de peligro inminente por SOPA y PROTECT-IP en los EE. UU., de la casi aprobación de la Ley Sinde, el gobierno suizo dice que descargar películas y música es completamente legal en su país.
Desconocedores del tema comparan a Cuevana con Napster, dicen que es lo mismo, pero con video. Las diferencias son tantas, tan diferentes y tan radicales, que no debería cruzar por la mente de alguien.
El sitio de películas iba a ser denunciado por Telefe, pero la acción se detuvo por el impacto. Cuevana.tv fue crackeado el domingo, y finalmente el dueño, Tomás Escobar, adelantó el relanzamiento.