Artículo original escrito por: Lucas Cremades el 11/12/2013

El ciberespacio puede ser un mundo oculto, oscuro y gélido, integrado por millones de personas reales –con pies sobre la tierra y manos sobre una computadora– que habitan la web profunda, más conocida como Deep Web. Navegar en ella es como naufragar sobre un mar anónimo e invisible. No hay registros de la travesía. Tampoco indicios de arribos ni de salidas.

Deep webDeep webPara encontrar una puerta de ingreso a este universo hay que situarse en los distintos servicios que la tecnología ofrece para poder blindar lo que se considera información valiosa ante casos de espionaje. Como los 58.000 documentos filtrados por el ex técnico de la CIA y ex analista de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos, Edward Snowden, que en junio pasado reveló un masivo plan de espionaje a nivel mundial: documentos confidenciales demostraban que la NSA había vigilado conversaciones de millones de personas a través de Internet y de celulares, lo que destapó una nueva Guerra Fría, ahora en el ciberespacio.

Tal vez buscando evitar estas revelaciones de los “topos”, el Laboratorio de Investigación Naval de EE.UU. creó en 2004 el sistema TOR, The Onion Router (“el router cebolla”), un sistema de anonimato que abrió un enorme orificio de entrada a este gigantesco e interminable territorio virtual.
En su libro The Deep Dark Web, el ciberespecialista italiano Pierluigi Paganini se adentra en los hallazgos y las infiltraciones en sitios inaccesibles, dando cuenta de los misterios que pueden encriptarse en la web profunda. “Tor es un sistema implementado para permitir el anonimato en línea”, explica Pierluigi desde su país natal. “El software direcciona el tráfico de Internet a través de una red de voluntarios en todo el mundo y de distintos servidores que ocultan la información del usuario, eludiendo cualquier actividad de monitoreo. La actividad del usuario dentro de la red Tor es difícil de rastrear porque los datos se cifran varias veces: pasan a través de nodos, repetidores Tor y de la red”, agrega el especialista.
“Web profunda es sinónimo de anonimato: su uso está motivado principalmente en la necesidad de ocultar la identidad en línea. Esta exigencia es compartida por diversas categorías de individuos, no necesariamente delincuentes cibernéticos. Pensemos en ‘soplones’, activistas y periodistas que operan en un área con una fuerte censura. Por supuesto que el total anonimato atrae industrias criminales que están migrando hacia la web oculta. Se utiliza esencialmente para actividades comerciales y para que los criminales vendan cualquier producto: drogas, armas, malware y servicios de hacking”, resume Paganini.
¿Cómo funciona en la Deep Web la transferencia de datos de manera anónima? “Los datos están alojados en servidores exactamente de la misma manera que en la web superficial –o clara–. La diferencia es que los caminos seguidos por esos datos no son predecibles y se cifran”, explica el ciberespecialista.

Tor

TorCapas de cebolla. Mensajes encriptados. La punta de un iceberg. Esas son algunas de las acepciones en la jerga para referirse a la web oscura. “La gente cree que web profunda es TOR cuando TOR es una parte, el ejemplo más representativo de la Deep Web –aclara Ezequiel Sallis, analista criminal e informático de la Unidad de Cibercrimen de la Brigada de Investigaciones de la Policía Metropolitana–. TOR es un programa que puede establecer comunicaciones manteniendo el anonimato de los integrantes de una red. Hoy está actualmente en una comunidad, es accesible para cualquiera y no tiene costo.

Pero TOR es una parte, el ejemplo más representativo de la Deep Web, y te da acceso a la red superficial y a la Deep Web. Así, podés acceder desde tu casa”, explica el analista informático. “En realidad, el término Deep Web existe desde que existe la red superficial: hace veinte años. La web profunda está caracterizada por aquellas páginas que no pueden ser alcanzadas a través de un buscador, que es la forma en la que habitualmente la gente accede a las diferentes páginas.

La Deep Web no se puede encontrar ni medir, entonces uno no sabe cuán grande es. Lo que sí podes saber es que la web superficial es sólo la punta del iceberg, y la profundidad infinita sería la web profunda”, argumenta Sallis. “Debajo del iceberg hay mucho más. Hay una relación en porcentajes de un 20 para la web superficial y un 80 para la Deep Web, donde podés encontrar páginas anarquistas, cultos satánicos, venta de estupefacientes y armas, servicios de sicariato, prostitución infantil y trata de personas, zoofilia y escenas de tortura y asesinatos en vivo (snuff). Además de un montón de páginas que no tienen nada de incorrecto. Lo que llama la atención es el morbo, lo prohibido, pero es importante resaltar que no es este su único contenido. Si no, se la termina demonizando”.

En la mente de un criminal que va a cometer un delito y que entiende de estas cuestiones, la Deep Web es un mundo sumamente atractivo: básicamente lo que hace es preservar, guardar la identidad dentro del entorno privado que brinda TOR. “Para nosotros que combatimos el delito –argumenta el analista de la Policía Metropolitana– técnicamente es un escollo muy importante de atravesar y superar. No se puede atrapar a alguien a través de una computadora. En la Metropolitana, en cuanto a prácticas de monitoreo, no realizamos ningún tipo de actividad. Nuestro trabajo es una investigación que parte de la denuncia de un damnificado”.

Creada en Estados Unidos por mujeres hackers, la red anónima ReportAPedophile reúne a un grupo de cazadores y cazadoras anónimos conocidos por infiltrar y exponer redes de pederastas de explotación infantil a nivel internacional. Bajo estricto anonimato, uno de sus representantes aceptó dialogar con Veintitrés sobre la tarea que despliegan tanto en la web clara como en la oscura. “Empezamos como una rama del colectivo Anonymous, apuntando a los pedófilos en la plataforma Twitter, hasta dar más tarde con la propia identidad, para luego exponer a los pedófilos en todas las plataformas de medios. Nuestro objetivo es educar al público e informarles de los pedófilos que viven entre nosotros”.

Acerca del papel que cumplen en la web profunda las redes de pedofilia, aclara: “La red oscura tiene sólo una fracción de las actividades pederastas. La mayor parte de la actividad pedófila se encuentran a la vista en el Clearnet –Internet clara–. Los que están profundamente dentro de la red oscura tienen más experiencia en el encubrimiento de la identidad. Ellos son los pedófilos experimentados que hacen circular grandes cantidades de material de pornografía infantil. La web profunda hace que sea difícil de localizar a explotadores de niños, pero no imposible. Hay métodos para exponer a estas personas, algunos de los cuales son pocos ortodoxos”.

¿Se puede tratar de neutralizar la web profunda? “Es imposible”, sostiene el representante de ReportAPedophile. “Es mucho más difícil de tratar de neutralizar que la Internet que todos conocemos. Muchos pedófilos se han convertido en conocedores de cómo mantener su anonimato en lugares como sitios web de TOR. Esto es demasiado complicado y requeriría la cooperación internacional, junto con una masiva reforma de la legislación cibernética”.

Silk RoadTanto la red oscura como todo lo que circula por Internet son temas que ocupan a distintos países que tratan de infiltrarse en las redes en busca de terroristas, activistas políticos o negociaciones dedicadas al narcotráfico. La prestigiosa revista Time le dedicó la última tapa de octubre a esta red virtual. Lo propio hizo la revista argentina THC en su portada “Delivery 2.0”: el artículo tenía el testimonio de un cordobés de 28 años que, luego de aprender a comprar Bitcoins, encargó al sitio de compraventa Silk Road “algunos cartones de LSD y un par de gramos de MDMA”, narra el informe. El iceberg que aprisiona en su profundidad a una inmensa cantidad de usuarios de todo el mundo se vio sacudido ante la masiva llegada de nuevos navegantes que conocieron este bazar que funcionaba como cualquier sitio de compraventa, con categorías y puntuaciones.

El sitio explotó en el seno de la Deep Web: la combinación del anonimato que evade los engranajes de control dispuestos por las fronteras comerciales y policiales, más la exactitud de los envíos y la posibilidad de ver los antecedentes del vendedor, terminó siendo un caldo de transacciones y operaciones de compra y venta de todo tipo. Bastaba con que un usuario tuviera una cuenta de Bitcoins, moneda virtual que permite realizar transacciones en ambas web y que hoy goza de una enorme proyección bursátil en el mercado financiero mundial (ver recuadro entrevista). Después debía crear un IP falso para navegar por nodos encriptados y así poder comprar drogas, armas, programas para hackers y hasta animales de venta prohibida. El pago es un componente esencial para los cibercriminales. Casi todos los vendedores de la web profunda aceptan Bitcoins –que se pueden comprar con tarjeta de crédito– como método de pago porque preserva el anonimato de la transacción.

Silk Road fue creado por una persona de carne y hueso que utilizaba un nickname. A pesar de ello, el final de sus operaciones fue bien terrenal. ¿Cómo atrapó el FBI al cerebro del sitio, un joven de 29 años con toda la pinta de nerd llamado Ross Ulbricht? Su detención no se debió a una filtración en la Deep Web o la red TOR que los llevó a contar con su dirección IP. El FBI, mediante un agente encubierto, generó una cuenta y pasó largo tiempo (se habla de un millar de transacciones) a intentar contratar servicios de asesinos a sueldo hasta que uno de los intermediarios terminó siendo el dueño de este portal. Una vez que lo encontraron, llegaron a algunos de los servidores que hospedaban a Silk Road.

Pero como Ulbricht cobraba todo en Bitcoins, cuando el FBI llegó y secuestró sus equipos, la billetera digital estaba protegida por una clave muy fuerte. Así impidió que los Bitcoins fueran incautados. Lo único que pudo hacer el FBI es inmovilizarlos: al tratarse de dinero virtual, sin esa clave no lo pueden mover.

Al ser un sistema autónomo, inmenso y hasta el momento desconocido para millones de personas, la Deep Web está inmersa en un roce permanente entre lo lícito y lo ilícito. En ese anonimato sobreviven las transacciones comerciales, la delincuencia, la pedofilia, los censurados políticos, las víctimas de los regímenes políticos, los asesores de marketing, políticos, espías, periodistas y consumidores.

Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia.

Opinión 


La violencia como opción

Por M. Laura Quiñones Urquiza y Luis Alfonso Forero Parra
Perfiladora criminal diplomada en Criminología (IUPFA), y coordinador del Grupo de Análisis del Comportamiento Criminal, Fiscalía General de Colombia
Ocultar la identidad no sólo brinda oportunidad de libre expresión, también forma parte de un modus operandi para lograr impunidad y escape en la comisión de un delito. Descender a la Deep Web implica encarar dos retos: conocer el contenido del material allí posteado, que puede ser sórdido, desviado y totalmente perturbador, incluso para experimentados investigadores y policías, y acercarse a los delincuentes anónimos de forma encubierta, para entender cómo piensan y actúan, descifrar su paralógica para interpretar sus acciones de modo que ese saber nos permita tomar acciones investigativas más contundentes. Y más importante aún, para buscar predecir y prevenir el crimen. Más allá de las diferencias individuales, la Deep Web está inmersa en la marginalidad, pero allí también encontramos contenidos sumamente interesantes, necesarios y que conectan con su espíritu original: salvaguardar la libertad de expresión. Cohabita una alta carga violenta, que validada, justificada y expuesta en forma sostenida a jóvenes de 10 a 17 años repercute en la adquisición de patrones que podrían precipitar conductas antisociales por imitación. Se advierten los pseudo cultos, que reclutan fácilmente adeptos que se convierten en presas fáciles de los rasgos psicopáticos, narcisistas o antisociales de quienes suelen dirigirlos. Es fácil encontrar mensajes ofreciendo no sólo material, también personas y niños para cualquier tipo de prácticas. Las normas sociales son dejadas de lado en los foros de pedofilia: se asesora y planea cómo seducir niños, se relatan experiencias detalladas y se distribuyen imágenes explícitas, además de películas de snuff, sexo violento no consensuado, zoofilia, satanismo y ultrarracismo. Desde nuestra mirada orientada al punto de vista investigativo, encontramos sujetos que hablan desde su fantasía y el éxtasis de encontrar todo, incluso superando lo que creemos que es la realidad. El ser humano ha evolucionado y el mundo que lo rodea se ha hecho más complejo, más tecnológico y en esos laberínticos pasillos de ciencia y humanidad se esconden las mentes criminales del siglo XXI; mientras usted lee estas líneas, ellos, en medio de sombras digitales, conversan, buscan, comparten y dan clic. El anonimato, la impunidad y el escape aquí también operan como factores criminógenos que perpetúan, incrementan y protegen la figura del delito y la violencia como opción, frente a un escenario de igualdad que tiende al placer y a la ausencia en el control formal de la delincuencia, aunque se cabalgue en dos mundos.


Diego Gutiérrez Zaldívar, de la Fundación Bitcoin Argentina
 
“Economía informal no quiere decir drogas o armas”
Por Jorge Repiso
La primera Conferencia Latinoamericana Bitcoin celebrada en Buenos Aires el pasado 7 y 8 de diciembre fue un éxito, según uno de sus organizadores. Diego Gutiérrez Zaldívar, presidente de la Fundación Bitcoin Argentina, trabajó a destajo junto con dos colegas para que unos 30 oradores provenientes de diferentes lugares del mundo expusieran delante de centenares de asistentes. “Tuve el primer contacto en el 2010 y me pasó como con otras tecnologías: probé y dejé para ocuparme de mi empresa (Xinergia) hasta que un amigo me convenció y me abrió una cuenta de Bitcoins. Me puse a operar para saber cómo funcionaba, y también a estudiar como loco”.

–¿Cuál es el beneficio de este sistema?
–Aunque no está legislado, en algunos países comienza a haber regulaciones. Es una moneda que no tiene un emisor central, es mejor que la tarjeta de crédito porque el costo de transacciones es cercano a cero y protege la privacidad del comprador, a diferencia de una tarjeta, que toma el dinero de tu cuenta y sufre el riesgo del robo de identidad. Con el Bitcoin, uno empuja el dinero en la dirección siguiente y el otro te tiene que dar su dirección de destino. Otro tema es el de las remesas, por los fuertes costos de las empresas que cobran para el envío de dinero.
–¿Cómo se los adquiere?
–Se debe contar con una billetera Bitcoin por la web: recomiendo activarla con una autentificación de dos vías, por cuestiones de seguridad. Como segundo paso sugiero al principiante ofrecer sus servicios y productos para de esa manera generar una economía bitcoin. Otra manera de obtenerlos es convirtiendo la moneda local.

–¿Por qué difunden el fenómeno Bitcoin?
–El objetivo es una transformación en la sociedad de modelos centralizados que no siempre son infalibles. La humanidad va en proceso de una desintermediación del poder, que sin ética o valores puede desencadenar en una ley de la selva. Queremos que la gente sea informada en base al conocimiento. Muchos medios simplifican, diciendo que el Bitcoin sirve para vender drogas.
–Hablemos de la Deep Web y la página Silk Road.
–La gente decía que el Bitcoin funcionaba gracias a este mercado pero desde que se cerró el sitio, no sólo no disminuyó en su funcionamiento sino que creció. Para mí, es la demostración más fehaciente de que no pasa por el mundo de las drogas. Si alguien quiere usarlo para eso, nosotros no podemos impedirlo porque la naturaleza del Bitcoin hace que nadie pueda controlarlo, pero demostró que el ecosistema se construye por gente que hace cosas pro sociedad y no con criminales.
–¿Qué ocurrirá con los 80 millones de dólares de Ross Ulbricht?
–El Bitcoin no permite la confiscación, para bien o para mal. Están ahí y nadie los puede tocar porque, por su sistema de seguridad, el único autorizado a mover los fondos de una cuenta es el que tiene la firma digital.

–¿Bitcoin es la moneda del futuro?
–Va a tener un desarrollo muy grande en la economía informal, que es la segunda economía del mundo, pero no confundamos: economía informal no quiere decir drogas o armas.


Opinión


Usada para el bien y para el mal
Por Claudio Caracciolo
CSA en ElevenPaths. Especialista en Seguridad de la Información
Si bien el concepto no es nuevo, la Deep Web empieza a aparecer en los medios de comunicación relacionada con la delincuencia en general, la existencia de portales de pedofilia, de venta de drogas, armas o documentos, y de comunicaciones de grupos hacktivistas como Anonymous. Lo curioso es que, al igual que en el resto de Internet o en la vida misma, esta es una porción de la información. En lo que se conoce como Web profunda se ofrecen exactamente los mismos servicios que fuera de ella –mail, blogs, chat, portales de compra y venta– pero con una característica extra: brindar anonimato tanto de la comunicación de los usuarios como la de quien presta o brinda el servicio ofrecido.
En la Argentina nos resulta lejano pensar en la censura ejercida en países sin acceso a Internet –como Corea del Norte, China, Túnez o Cuba–. Por eso nos cuesta creer –o entender– que hay personas que utilizan la Deep Web para postear en blogs o foros totalmente anónimos información de lo que ocurre en sus países sin ser detectados. Porque no tienen acceso a los blogs habituales y, si lo tienen, alguien está monitoreando la información que allí colocan. En nuestro país, algunos se han encontrado con personas públicas en situaciones no correctas o ilegales y teniendo una fotografía o pruebas en documentos, no lo envían por Gmail o Hotmail porque suponen que esa persona podría tener influencias en áreas de inteligencia para saber quién fue el delator. Entonces usan servicios anónimos, por ejemplo Tormail, para enviar la información a la Justicia o a los medios. Incluso periodistas e investigadores se comunican con sus “fuentes” por estos medios.
Conceptualmente, la Deep Web es una forma de comunicación dentro de un medio conocido, y como tal, es usada para el bien y para el mal. Como el diario o el noticiero que muestra determinada información y no otra, o el teléfono que se usa para hablar con amigos o para pedir rescate en un secuestro. Detrás de la Deep Web, de Internet en general, no existe ni más ni menos que personas que conformamos una sociedad, con sus virtudes y sus defectos.

Los números del fenómeno
80  Por ciento del tráfico que circula por Internet lo hace a través de la Deep Web.
2004  Fue el año en que nació el proyecto Tor, creado por el Laboratorio de Investigación Naval de EE.UU.
1200000  Dólares por mes llegó a mover el bazar online anónimo de compraventa Silk Road.
200000  Usuarios argentinos usaron la red Tor en octubre de 2013.

Fuente: Veintitres

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